Con una población mundial prevista de 8000 millones de habitantes para el año 2030, la presión sobre el medio ambiente seguirá aumentando siendo la agricultura moderna uno de los factores agravantes por su dependencia a los insumos externos como los combustibles fósiles y los agroquímicos. El reto esta, en producir suficientes alimentos para satisfacer las necesidades de 2000 millones de personas más y relacionado a este aumento de población se encuentra la pérdida de biodiversidad, la acumulación de desechos sólidos y deterioro del paisaje.
Con los nuevos estilos de vida implantados con el modelo económico actual, el hombre a dejado el cultivo de la tierra y con ello, el contacto directo con la naturaleza que el huerto representaba.
Una alternativa que permite reducir el impacto que causan las actividades humanas, es la generación de espacios verdes en zonas urbanas, los cuales además de actuar como un contrapeso de la contaminación del aire, funciona como un filtro depurador que permite la conservación, producción y propagación de especies vegetales como hortalizas, plantas aromátiicas, de ornato y medicinales, siendo su consumo fresco una de las formas más naturales de nutrición y salud que el hombre puede obtener.
La obtención de estos espacios verdes en áreas donde no hay suelo fértil puede lograrse empleando la TÉCNICA ORGANOPÓNICA. La cual se define como UNA TÉCNICA CON LA CUAL SE PRODUCEN, AL MISMO TIEMPO, PLANTAS PARA USO HUMANO Y COMPOSTA DE MANERA ORGÁNICA. Usando fertilizantes tres veces mejores que los de sintesis química, de preparación fácil, barata y de manera casera.
COMO RESULTADO obtenemos cultivos más sanos y con mayor nivel nutricional, además de la paulatina generación de suelo con una fertilidad solo comparable con la que se obtiene de la producción de lombricomposta. Suelo que puede ser usado para la regeneración de suelos empobrecidos o erosionados. Otro beneficio inmediato es el reuso de desechos inorgánicos tales como llantas, embases PET y Tetrapac que se acumulan, creando focos de contaminación comunes en las zonas urbanas.
El poder económico de la horticultura intensiva es por lo general subestimado, pero la imagen relativa al valor económico de la agricultura urbana se vuelve mucho más positiva si se consideran los beneficios no relacionados con el mercado (tales como son la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y la integración social, el reverdecimiento urbano y la mejora de los microclimas dentro de la urbe, el reciclaje de residuos orgánicos e inorganicos urbanos, un mejor manejo del paisaje urbano, la recreación, etc.)
Con los nuevos estilos de vida implantados con el modelo económico actual, el hombre a dejado el cultivo de la tierra y con ello, el contacto directo con la naturaleza que el huerto representaba.
Una alternativa que permite reducir el impacto que causan las actividades humanas, es la generación de espacios verdes en zonas urbanas, los cuales además de actuar como un contrapeso de la contaminación del aire, funciona como un filtro depurador que permite la conservación, producción y propagación de especies vegetales como hortalizas, plantas aromátiicas, de ornato y medicinales, siendo su consumo fresco una de las formas más naturales de nutrición y salud que el hombre puede obtener.
La obtención de estos espacios verdes en áreas donde no hay suelo fértil puede lograrse empleando la TÉCNICA ORGANOPÓNICA. La cual se define como UNA TÉCNICA CON LA CUAL SE PRODUCEN, AL MISMO TIEMPO, PLANTAS PARA USO HUMANO Y COMPOSTA DE MANERA ORGÁNICA. Usando fertilizantes tres veces mejores que los de sintesis química, de preparación fácil, barata y de manera casera.
COMO RESULTADO obtenemos cultivos más sanos y con mayor nivel nutricional, además de la paulatina generación de suelo con una fertilidad solo comparable con la que se obtiene de la producción de lombricomposta. Suelo que puede ser usado para la regeneración de suelos empobrecidos o erosionados. Otro beneficio inmediato es el reuso de desechos inorgánicos tales como llantas, embases PET y Tetrapac que se acumulan, creando focos de contaminación comunes en las zonas urbanas.
El poder económico de la horticultura intensiva es por lo general subestimado, pero la imagen relativa al valor económico de la agricultura urbana se vuelve mucho más positiva si se consideran los beneficios no relacionados con el mercado (tales como son la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y la integración social, el reverdecimiento urbano y la mejora de los microclimas dentro de la urbe, el reciclaje de residuos orgánicos e inorganicos urbanos, un mejor manejo del paisaje urbano, la recreación, etc.)
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